El propósito de Dios para mi vida
Una ayuda para aquellos que
quieren seguir a Jesús, aprendiendo
cada día más de El.
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Introducción:
¿Qué puede pasar en mi vida con Jesús?
¿Por qué estudiar estas lecciones?
Dios, el Creador
La existencia de Dios
La importancia de la Fe
Dios, nuestro Padre Celestial
Dios es Espíritu
Dios es Santo
Dios es Recto y Justo
Dios es Bondadoso
Dios es Amor
El hombre: a la imagen de Dios
El hombre como persona espiritual
La sed espiritual del hombre
El pecado y sus terribles consecuencias
Un acto de desobediencia
Las consecuencias del pecado
Jesucristo, el Salvador
El nuevo nacimiento
Su decisión personal
Jesucristo, el Señor
El Señor de su vida
La importancia de conocer al Señor
El Espíritu Santo: el poder para una nueva vida
La obra del Espíritu de Dios en nuestras vidas
La Iglesia: el Cuerpo de Cristo
¿Qué es la Iglesia?
¿Cómo formo parte de la Iglesia?: El Bautismo
La Misión de la Iglesia
Viviendo la vida cristiana
Consejos para la nueva vida en Cristo
Encuentro nº 1:
INTRODUCCION
Estamos realmente felices de poder compartir con usted esta serie de lecciones que nos ayudarán a conocer mejor el propósito de Dios para nuestras vidas, su profundo amor hacia nosotros y la maravillosa obra que El ha hecho, está haciendo y habrá de hacer en nuestras vidas.
Pero existe una razón para que estemos junto a usted...
La razón es que usted ha manifestado su deseo de conocer mejor a Jesús, nuestro Señor y Salvador y lo que El quiere de usted...Nosotros, como Iglesia, queremos ayudarle con esta inquietud, porque deseamos que no sea una simple expresión de curiosidad solamente, ni queremos que las dudas que puedan surgir en sus pensamientos le abrumen, le asusten y le impidan conocerlo.
Por eso es importante que juntos consideremos:
"¿Qué puede pasar en mi vida con Jesús?"
Esta es una pregunta que usted probablemente está haciéndose ahora.
Vamos a tomar unos momentos para poder pensar sobre ella.
De alguna manera usted escuchó hablar de Jesús; tal vez alguien le invitó a la Iglesia y al escuchar el mensaje del predicador, usted sintió que Dios estaba hablándole...Tal vez usted hace algún tiempo está asistiendo a la Iglesia o a alguna reunión en un hogar, y se siente cómodo haciéndolo porque ha encontrado un ambiente de fraternidad y amor que le hacen bien y le animan, y quisiera sentirse parte de esa familia que formamos los que creemos en Jesús... O tal vez alguien le habló de Jesús y usted sintió que esas palabras llegaban hasta su corazón planteándole nuevas inquietudes para su vida y su relación con Dios.
Sería muy bueno que usted compartiera con la persona que está ahora a su lado cuál es su experiencia y qué ha sentido al escuchar hablar de Jesús y asistir a la Iglesia...Hágalo ahora.
Ahora vamos a pedirle un pequeño esfuerzo que podrá sernos de utilidad en un futuro encuentro: escriba un resumen de lo que usted compartió con la persona que está a su lado (hágalo con sus propias palabras, de forma simple y sencilla o pídale a su guía que lo haga):
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Todos los que alguna vez nos acercamos a Jesús. lo hicimos porque comprendimos en ese momento que nuestras vidas necesitaban un cambio... No nos sentíamos felices y por cierto que, de alguna u otra forma, atravesábamos una crisis. Al escuchar acerca de Jesús sentimos que El podía ser una esperanza para nosotros y decidimos probar con Jesucristo para vivir una nueva vida.
Seguramente algo muy parecido es lo que le está ocurriendo a usted. La persona que está a su lado (su guía) va a contarle ahora cómo llegó ella a conocer a Jesús y usted podrá ver cuántas cosas comunes existen entre ella y usted.
La inquietud que usted siente ahora es comprensible... Tiene la maravillosa oportunidad de iniciar una nueva vida con Jesucristo y no debe desaprovecharla.
Para animarle le invitamos a leer en su Biblia en 2da. Corintios 5: 17 y copiarlo a continuación (si no puede copiarlo ud. pida a su guía que lo haga) para que usted pueda aprenderlo mejor:
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Usted tiene ahora la oportunidad de vivir una nueva vida, de ser una nueva "criatura"... Eso es lo que está pasando en su vida. No deje pasar la oportunidad.
¿Por qué estudiar estas lecciones?
Ya le hemos anticipado nuestra alegría por poder compartir a Jesucristo con usted y nuestro deseo de ayudarle a conocerlo mejor para que, realmente, usted pueda iniciar junto a El una nueva vida.
La importancia de separar algunos momentos para considerar juntos estas lecciones es ayudarle a usted a conocer mejor algunos temas que le guiarán a entender mejor el propósito de Dios para su vida:
Así consideraremos a nuestro Dios como El Creador de todo el Universo y como nuestro Padre Celestial.
También nos detendremos a profundizar qué y quiénes somos nosotros, los seres humanos, creados por Dios a su imagen y semejanza.
Luego estudiaremos qué es el pecado y cómo nos ha separado de Dios, trayendo sobre la humanidad y sobre cada persona consecuencias terribles.
Entonces veremos quién es Jesucristo y por qué le llamamos a El nuestro Salvador, y la importancia que tiene para nosotros que El sea el Señor de nuestras vidas.
También consideraremos la Persona del Espíritu Santo de Dios y cómo obra El en nuestras vidas para vivirlas de acuerdo a las enseñanzas de Jesús.
De la misma manera veremos la importancia que tiene para el crecimiento cristiano la Iglesia y profundizaremos en las sanas costumbres de la vida cristiana que nos ayudarán a permanecer fieles y felices en el Señor, esperando el cumplimiento de sus maravillosas promesas que habremos de vivir cuando estemos junto a El en el Cielo.
Finalmente nos detendremos a considerar qué espera el Señor que cada uno de nosotros haga con esa nueva vida que El nos ofrece...
Seguramente algunos de los temas que hemos mencionado anteriormente y algunas palabras que hemos usado le crearán algunas dudas... Por eso estamos con usted, para ayudarle a entender estos temas importantes y animarle a familiarizarse con las enseñanzas de la Biblia.
Y ella, precisamente, La Biblia habrá de ser el fundamento de nuestras enseñanzas. Todo lo que habremos de aprender es lo que ella nos enseña, porque consideramos que la Biblia es la Palabra de Dios, y que Dios nos la ha dado para que podamos conocerlo y conocer cuál es el propósito que El tiene para nuestras vidas.
Copie a continuación lo que la Biblia dice en 2da. Timoteo 3: 16:
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Esperamos pues que el Señor nos ayude a conocerle mejor, considerando las enseñanzas que en su Palabra El nos ha dado, para que usted pueda seguir fielmente a Jesús y vivir una vida nueva y plena junto a Jesucristo.
Aprendamos de memoria:
"...Si alguno está en Cristo, nueva
criatura es; las cosas viejas pasaron;
he aquí todas son hechas nuevas."
2da.Corintios 5: 17
Un momento de oración:
La oración nos ayuda a comunicarnos con Dios. Este es un buen momento para orar junto a la persona que está a su lado, dando gracias a Dios por la posibilidad de estar llevando a cabo estos encuentros y pidiéndole a El su bendición para que podamos ayudarle a conocerle mejor a través de estas lecciones.
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Encuentro nº 2:
DIOS, EL CREADOR
Toda actitud espiritual del hombre debe estar relacionada con lo que él cree... Así es fundamental considerar qué creemos acerca de Dios.
Hay distintas posiciones respecto a la existencia de Dios:
-Están aquellos que niegan a Dios, porque sostienen que nadie le puede ver ni hay manera de demostrar con los sentidos su existencia. Estas personas tienen un gran problema al querer explicar el origen del Universo y sólo pueden hablar de una casi eterna serie de accidentes o casualidades para justificar todo lo que existe y aún su propia vida.
¿Cómo podríamos explicar la existencia del mundo si negáramos a Dios? ¿De dónde venimos los seres humanos?...Preguntas como estas no tienen respuestas para el hombre que niega a Dios.
-Están aquellas personas que sostienen que debe haber un Ser superior, origen de todas las cosas, pero que el hombre no puede y por lo tanto no debe preocuparse por llegar a conocerlo, debido a su inteligencia limitada... Estas personas se llaman "agnósticos". Para los agnósticos Dios, o lo que existe a nivel superior, no tiene ninguna relación con el hombre, solamente el hecho de su creación.
Pero hay una pregunta que no pueden contestar: ¿Si Dios es solamente el origen de todas las cosas, quién sostiene la Creación?
Otra pregunta aún más difícil es: ¿Si Dios ha creado al hombre cómo es posible que un Ser tan poderoso se desentienda del ser creado habiéndole dado inteligencia para poder pensar en El?
Es absurdo pensar que Dios nos creó con inteligencia y que no quiera que la usemos para poder llegar a conocerle.
-Finalmente estamos aquellos que creemos en Dios como Creador de todo el Universo y sabemos que ese Dios quiere tener una relación especial y profunda con el hombre, a quien le dio inteligencia, libertad y sentimientos, para poder relacionarse con El.
Veamos que nos dice la Biblia en Hebreos 11: 6a, copiando este versículo a continuación:
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Nadie puede pretender acercarse a Dios si no cree que Dios existe... Esto es lo que nos dice el escritor de Hebreos; pero él usa otra palabra que es sumamente importante para poder acercarnos a Dios. El nos habla de la fe.
La fe es imprescindible para creer... Si creemos en algo, necesitamos la fe. Aún aquellos que "creen" que Dios no existe, necesitan "fe" para creer lo que creen; de otra manera no pueden demostrar por qué niegan a Dios.
Usted debe asumir una actitud respecto a la existencia de Dios.
Veamos que nos dice la Biblia en Salmos 19: 1, copiando este versículo:
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El concepto que desarrolla David en este Salmo es muy claro: si con nuestros sentidos podemos concebir el Universo creado, ¡Alguien debe de haberlo creado! Si hay una Creación, ella nos habla de la existencia de un Creador.
Si bien esta es la conclusión más inteligente y lógica, es necesario tener fe para creer que Dios es el Creador.
Si Dios es el Creador, necesariamente El debe ser un Ser inteligente y libre, que, en uso de esas facultades tomó la decisión de crear al Universo y al Hombre, y así los creó.
También debemos pensar que si Dios es el Creador, por ser Dios, todas las cosas fueron creadas por El, pero El no fue creado por ningún otro... Por eso creemos que Dios es eterno; es decir que El existe más allá del tiempo y aún del espacio.
La Biblia en muchos pasajes fundamenta esta noción de Dios; por eso creemos que Dios es una Persona Espiritual (podemos leer S. Juan 4: 24), eterna y perfecta...
Para ser Dios, Dios debe ser uno y no puede existir otro Dios, aparte de El (podemos leer Deuteronomio 6:4; 1Corintios 8:6).
Si hubiera más de un Dios la sobreexistencia de esos dioses sería imposible. Por eso no es inteligente lo que algunos creen sosteniendo que existen muchos dioses. Muchas religiones afirman esta creencia, pero los cristianos creemos en un solo Dios.
El Dios en el que creemos es un Dios que ha creado todo el Universo y ha creado al Hombre como corona de esa Creación... Es un Dios que quiere tener comunión con el Hombre porque tiene un propósito especial para él.
El profeta Isaías define muy bien las características de nuestro Dios. Por eso resulta sumamente valioso poder leer lo que él nos dice en Isaías 40: 18-29, y podrá ayudarnos contestar brevemente las siguientes preguntas:
¿Para qué es necesaria la fe?
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¿De quién me habla la Creación?
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¿Por qué es importante creer en un solo Dios?
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Aprendamos de memoria:
"...porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que le hay."
Hebreos 11: 6
Un momento de oración:
Es importante orar junto a quien está a su lado pidiendo al Señor su ayuda para que nuestra fe en Dios sea grande y firme, de manera que nos podamos acercar cada día más a El.
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Encuentro nº 3:
DIOS, NUESTRO PADRE
Si nosotros creemos en Dios, la pregunta inmediata es: ¿Cómo es nuestro Dios?
Ya hemos considerado que Dios es Uno, que El es Eterno porque aunque todo ha sido creado por El, pero El no ha sido Creado... También hemos visto que El es una Persona con inteligencia y voluntad propia, y que El es Espíritu:
Leamos en S. Juan 4: 24, copiando este versículo:
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De esta declaración de Jesús extraemos dos enseñanzas muy importantes:
-En primer lugar aprendemos que Dios es Espíritu... Es decir que El no está limitado a un cuerpo físico ni su existencia es algo que pueda concebirse de forma material.
Para los seres humanos es muy difícil entender que Dios sea un Ser espiritual... Pero por eso es Dios. Por eso sus cosas son inexplicables para nuestra mente y por eso necesitamos la fe.
La Biblia muchas veces "humaniza" a Dios, pero lo hace usando figuras que nos permitan entender lo que El hace.
Al ser Espíritu, Dios no está limitado por el tiempo ni por el espacio. Por eso El está presente en todo momento, en todo lugar y todo lo conoce directamente, sin que nadie ni nada pueda ocultarse de El.
-En segundo lugar, aprendemos que la manera en que Dios quiere comunicarse con el hombre es espiritual... El hombre, hecho a la imagen de Dios, es un ser espiritual, que puede comunicarse con Dios espiritualmente, adorándole en Verdad como su Dios.
Como ser espiritual, Dios tiene cualidades morales que es necesario que conozcamos:
Dios es Santo:
Veamos que nos dice la Biblia en Levítico 11: 44a, copiando este versículo:
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Cuando decimos que Dios es Santo nos referimos a que El está "separado" de todas las cosas creadas porque las trasciende y está por encima de ellas (lea Isaías 55: 8-9), pero también estamos afirmando que El es puro y sin mancha y por eso no puede "contaminarse" con nuestros pecados.
De allí que para acercarnos a un Dios Santo es necesario que nos arrepintamos de nuestros pecados y le pidamos a El perdón por ellos.
Dios es Recto y Justo:
Veamos que dice la Biblia en Salmos 119: 142, copiando este versículo:
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Dijimos que Dios es Santo porque El es puro y sin mancha... De allí es lógico deducir que es un Dios Recto y Justo en todos sus actos y en todas sus decisiones. Esta cualidad de Dios no resulta de que El lo quiera ser, sino que es una expresión de su misma naturaleza: Dios es Recto y Justo y no podría ser de otra manera, de lo contrario no sería un Dios confiable.
La Justicia de Dios hace que El espere que el hombre también ame la justicia (lea S. Mateo 5: 6) y sea recto en sus actos (lea Deuteronomio 6: 18) porque Dios espera que el hombre sea como El (vuelva a leer Levítico 11: 44a). Este es un gran desafío para usted y para todos los hombres.
Dios es Bondadoso:
Veamos que dice la Biblia en Salmos 25: 8, copiando este versículo:
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Entender la bondad de Dios para con los hombres es fundamental para llegar a conocerlo bien. En su bondad El creó todo el Universo y lo puso por debajo de los pies del hombre (lea Génesis 1: 28 y Salmos 8: 4-6).
Pero la bondad de Dios también lo llevó a ofrecer el perdón para los hombres pecadores... Así envió a Jesús para que El pagara en la cruz nuestros pecados (lea S. Juan 3: 16).
Dios es Amor:
Veamos que dice la Biblia en 1ra. Juan 4: 8, copiando este versículo:
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Dios es Amor, dice el apóstol, y el que conoce a Dios es capaz de amar como Dios nos ama... En realidad la única explicación para entender la obra creadora de Dios y su regalo salvador en Jesucristo, es su Amor.
Esto es algo que a los hombres pareciera que nos cuesta entender. Dios nos ama como somos, porque El es Amor y no puede sentir otra cosa por nosotros...
¡Dios lo ama a usted tal como usted es!
El no pone condiciones para amarlo, porque El es Amor.
Este notable Amor de Dios hace que El sea para nosotros nuestro Padre.
Jesús nos enseñó a orar llamándole "Padre nuestro que estás en los cielos..." (lea S. Mateo 6:9) y esto es algo maravilloso que no debemos dejar pasar:
¡Aquel Dios maravilloso Creador de todo el Universo, Todopoderoso y Unico quiere ser nuestro Padre!
Que El pueda llegar a ser su Padre amoroso es algo que depende de usted.
Usted tiene que quererlo... El le ama y está dispuesto a ser su Padre Celestial; sólo espera que usted se lo pida.
Contestemos brevemente estas preguntas:
¿Por qué es importante considerar la bondad de Dios?
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¿Por qué nos ama el Señor?
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¿Quiero que Dios sea mi Padre Celestial? ¿Por qué?
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Aprendamos de memoria:
"El que no ama, no ha conocido
a Dios; porque Dios es Amor."
1ra. Juan 4: 8
Un momento de oración:
Este es un buen momento para decirle al Señor que queremos que El sea nuestro Padre Celestial.
Pídaselo a través de una oración.
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Encuentro nº 4:
EL HOMBRE, A LA IMAGEN DE DIOS
En los encuentros anteriores hemos visto a Dios como el Creador de todo el Universo y como nuestro Padre Celestial... A lo largo de estos encuentros hemos dicho que Dios tiene un propósito para el hombre. Y por cierto que lo tiene desde el momento mismo de su creación...¡Por eso lo creó!
Veamos el relato de la Creación en Génesis 1: 1-31...
Si prestamos atención notaremos que detrás de cada obra creadora Dios afirmaba lo creado diciendo que era bueno.
En esta declaración de aprobación de Dios para cada obra creada ya percibimos el propósito sublime de la Creación. Dios aprobaba su creación porque afirmaba que lo creado era bueno para que el hombre fuera establecido como señor sobre todas las cosas creadas.
Por eso cuando Dios crea al hombre y lo pone como señor de toda la Creación, Dios dice que todo era bueno en gran manera, porque su propósito final había sido logrado al crear al hombre.
Volvamos a leer en Génesis 1: 26-27, copiando el versículo 26:
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Hay una afirmación muy importante en este pasaje; se nos dice en él que Dios creó al hombre a su imagen.
¿Qué se nos quiere decir con esta expresión?
Al hablar de Dios decíamos que Dios no tiene materia, no tiene cuerpo, por lo tanto no es a esta imagen a la que se refiere el pasaje. Decíamos también que Dios es una Persona espiritual... Y sin dudas que es a esta condición de Dios a la que hace referencia el autor de Génesis: el hombre fue creado a la imagen de Dios como una persona espiritual (lea Génesis 2: 7).
Veamos por qué el hombre es una persona:
-En primer lugar el hombre tiene inteligencia; de hecho que es el único ser creado con esta cualidad. El hombre puede razonar, sacar conclusiones, orientar su vida de acuerdo a lo que piensa... Esta cualidad le acerca a Dios cuando el hombre intuye al Creador detrás de las cosas creadas.
-En segundo lugar el hombre tiene la fuerza de la voluntad, a lo que muchos llaman el libre albedrío. Es decir que el hombre puede tomar sus propias decisiones en forma libre, siendo responsable por ellas... Es en ejercicio de su voluntad que el hombre puede decidir acercarse a Dios o no.
-También el hombre ha sido dotado de naturaleza moral... Es decir que conoce lo bueno y lo malo, sabiendo que es su deber hacer lo bueno y evitar hacer lo malo. Pero él puede optar por lo uno o lo otro libremente.
Si repasamos lo que decíamos de Dios al considerarlo como una Persona, vamos a darnos cuenta de que el hombre es también una persona, porque tiene las capacidades necesarias para serlo. Estas capacidades no residen en el organismo físico del hombre, sino en su naturaleza espiritual.
Por eso podemos decir que el hombre está formado por Dios a su imagen y semejanza.
Pero hay algo más que podemos decir del hombre y que resultará muy importante para usted.
El hecho de que cada ser humano haya sido formado a imagen y semejanza de Dios, que sea una persona con inteligencia, libertad y naturaleza moral, hace que algo en el interior del hombre siempre esté clamando por las cosas espirituales y eternas.
Como ser inteligente el hombre se pregunta: ¿De dónde vengo y hacia dónde voy? ¿Qué habrá detrás de la muerte?, etc.
Como ser libre para decidir el hombre inicia un camino para poder contestarse estas preguntas... Y a lo largo de ese camino necesariamente debe encontrarse con Dios.
Veamos que nos dice la Biblia en Salmos 42: 1-2, copiando la primera parte del vers. 2:
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Esta sed de Dios que el hombre tiene se ha manifestado a lo largo de toda la historia de la humanidad... Es la que nos está inspirando a seguir estas lecciones. Seguramente usted también siente esta sed espiritual...
Los hombres han tratado de calmar esta sed creando religiones, filosofías y ciencias que son el resultado del esfuerzo humano. Para los cristianos, esta sed sólo la calma Jesucristo, el Hijo de Dios.
Contestemos brevemente estas preguntas:
¿A qué se refiere la Biblia cuando nos dice que el hombre fue creado a la imagen de Dios?
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¿Qué cualidades tiene el hombre como persona?
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¿Para los cristianos quién es el único capaz de saciar la sed espiritual de los hombres?
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Aprendamos de memoria:
"Mi alma tiene sed de Dios, del Dios
vivo..."
Salmos 42: 2a
Un momento de oración:
Es un buen momento para agradecer a Dios por habernos formado a su imagen y semejanza y pedirle a El que podamos crecer como personas conociéndole cada día más y mejor. Hágalo a través de una oración.
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Encuentro nº 5:
EL PECADO Y SUS TERRIBLES CONSECUENCIAS
Vamos a leer el relato de Génesis 3: 1-24... Alguien dijo que esta es la historia más triste que pudo haberse escrito jamás.
¡Y no se equivocó!
Con este suceso los planes de Dios para el hombre quedan truncos.
Veamos que aprendemos de este pasaje:
-En primer lugar debemos recordar que una de las capacidades que Dios dio al hombre fue el ejercicio libre de su voluntad. El hombre eligió hacer lo que hizo, y lo hizo libremente, porque fue creado por Dios con esta libertad. Dios, a pesar de lo erróneo de la decisión del hombre, respetó los términos de su Creación.
-En segundo lugar se nos dice que los ojos del hombre fueron "abiertos"... No es que el fruto del árbol haya tenido algún componente especial lo que abrió los ojos del hombre a su condición... Fue la actitud del hombre la responsable de este suceso.
El hombre hizo mal uso de su libertad, desobedeció a Dios, y se convirtió en pecador. Tras comer del fruto, desobedeciendo a Dios, su mente comenzó a pensar en lo malo y se dio cuenta de que estaba desnudo... El relato nos describe de esta manera la pérdida de la inocencia del hombre.
-En tercer lugar aprendemos que cada hombre es responsable por sí mismo delante de Dios. Adán quiso echarle la culpa a Eva; Eva quiso culpar a la serpiente... Pero Dios culpó a cada uno y castigó a cada uno, porque cada uno eligió desobedecer a Dios.
-Hemos usado la palabra desobediencia... Es importante que nos detengamos a considerar un momento su significado.
El hombre desobedece a Dios porque Dios le había advertido lo que no debía hacer... El hombre sabía que Dios no aprobaba que comieran del fruto prohibido, y sin embargo lo hizo, ejerciendo la libertad para elegir con la que fue creado.
De lo escrito anteriormente, podemos afirmar que pecado es un acto de desobediencia a la voluntad de Dios. Es hacer lo que Dios no quiere que hagamos.
Para eso es necesario que conozcamos la voluntad de Dios. Y Dios nos ha revelado su voluntad de muchas maneras:
-Dios se revela al hombre en la majestad y hermosura de la Creación; allí el hombre, usando su inteligencia, puede "ver" a Dios como Creador poderoso.
-Dios se revela a través de nuestra conciencia. Ya dijimos que somos imagen y semejanza de Dios... Nuestra alma nos "habla" de Dios y nos hace saber cuando una actitud es mala y no agrada a Dios. Ningún hombre puede negar que conoce lo malo y que, cuando obra con maldad, sabe lo que está haciendo.
-Dios se revela a través de su Palabra. En el Antiguo Testamento (la Primera Parte de la Biblia) Dios se dio a conocer a Israel, y por su intermedio a toda la humanidad... Allí El dejó establecidos sus Mandamientos. No podemos negar que conocemos lo que está mal para Dios, porque El mismo lo ha anunciado...
-Finalmente Dios se revela en las enseñanzas de Jesús... Allí el Maestro nos enseña, con sencillez y claridad, lo que Dios espera de nosotros.
Alguien podrá argumentar que no sabe lo que la Biblia dice ni conoce lo que enseña Jesús... Este no es un pretexto válido, porque la Biblia está al alcance de todos nosotros y ella contiene las enseñanzas de Jesús. Quien no conoce lo que la Biblia dice es porque no quiere conocer la Verdad, y esta actitud ya es pecado.
Tal vez haya en el mundo personas que jamás escucharon hablar de Jesús porque nadie llegó hasta ellos con su mensaje y les resulta imposible obtener una Biblia... Aún así estas personas son responsables por lo que la misma Creación les habla acerca de Dios y por la voz de sus conciencias que le enseñan lo bueno y lo malo...
Pero usted y yo conocemos lo que la Biblia dice y lo que Jesús nos enseña... Si no conocemos lo suficiente, este esfuerzo que estamos haciendo tiene como propósito conocer cada vez más del propósito de Dios para nuestras vidas.
Por eso no tenemos excusas.
El pecado implica entonces conocimiento... Pecamos cuando conocemos lo que no debemos hacer y lo hacemos.
El pecado también implica libertad de decisión, porque actuamos libremente, ejerciciendo nuestra voluntad...
Por esa razón somos responsables por nuestros pecados y debemos pagar nuestra culpa.
Veamos que nos dice la Biblia en Romanos 3: 23, copiando este versículo:
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La Biblia en este pasaje nos enseña que todos los hombres han pecado... Esta afirmación ya destruye nuestros argumentos que pretendan negar nuestra condición de pecadores...
El asunto es similar al hecho de que usted maneje un automóvil y haya pasado correctamente por nueve semáforos... Si al enfrentar el décimo semáforo usted pasa en rojo, usted es un infractor, aunque haya pasado los anteriores correctamente.
Nadie puede negar que alguna vez "pasó un semáforo en rojo" en su vida espiritual. Alguna vez mentimos, alguna vez nos enojamos llegando a tener ira y guardar rencor, alguna vez pronunciamos un insulto, alguna vez actuamos con violencia, alguna vez hicimos trampa...
Es muy doloroso, pero tenemos que decirle que usted es un pecador.
Aunque no conozcamos su intimidad, sabemos que usted es un pecador porque la Biblia lo dice. Pero no se ponga incómodo: la persona que está a su lado ahora y quien escribe estas palabras también somos pecadores. La verdad es muy triste, pero está escrita en la Biblia: todos los hombres somos pecadores.
Pero el versículo que elegimos nos enseña también que, al ser todos pecadores, todos estamos destituidos de la gloria de Dios... Es decir que en ninguno de nosotros se podrá llevar a cabo el propósito que Dios tuvo al crear al hombre.
La Biblia nos enseña que para los pecadores está reservado el infierno (lea S. Mateo 23:33, Lucas 12:5). Aunque algunos nieguen caprichosamente la existencia del infierno, Jesús lo enseñó una y otra vez.
Y el infierno es el lugar al que habrán de ir a parar tras la muerte todos los pecadores... Si usted es pecador, usted tiene un lugar en el infierno...
Pero ¡No desespere!
El hecho de que estemos con usted es porque hay una esperanza para los pecadores... Es posible escapar del infierno: hay un camino, y ese camino es Jesucristo (en el próximo encuentro nos detendremos a estudiar este plan de Dios para nuestra salvación).
Las consecuencias del pecado:
Veamos que dice la Biblia en S. Juan 8: 44a, copiando la primera parte de este versículo:
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Jesús está diciendo a los judíos que, a causa de sus pecados, ellos sólo desean hacer las obras del diablo. A través del pecado, el diablo ha obrado de tal manera en el mundo que las consecuencias del pecado del hombre son terribles:
-El pecado nos separa de Dios; por esa razón Dios expulsó del Huerto del Edén a Adán y Eva.
-El pecado produce ignorancia espiritual, impotencia frente a las tentaciones y degradación moral. El pecado humilla al hombre destruyendo todo lo que Dios quiso que el hombre fuera.
-El pecado produce todos los desórdenes sociales: las guerras, los rencores, y aún las catástrofes naturales son consecuencia de la decisión del hombre de vivir lejos de Dios.
-El pecado es el origen de todo el sufrimiento... El pecado trae tristeza. El dolor y aún las enfermedades son productos del pecado.
-El pecado ha traído la muerte sobre el hombre. Dios no creó al hombre para que muriera, pero le advirtió que el día que pecare, habría de morir. Por sus pecados el hombre fue condenado a la muerte, porque Dios es justo y no se contradice.
-El pecado del hombre... De cada hombre. Sus pecados y mis pecados, han entristecido el corazón de Dios, de manera que El perdió la alegría que tenía al terminar su Creación y hasta se arrepintió de haber creado al hombre (lea en Génesis 6: 6)
Pero Dios, que condena nuestros pecados pero sigue amando al pecador, tenía un plan maravilloso para salvar al hombre del infierno...
Contestemos brevemente estas preguntas:
¿Qué es pecado?
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¿Por qué somos responsables personalmente por nuestros pecados?
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¿Se reconoce usted pecador? ¿Por qué?
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¿Qué espera a los pecadores?
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Aprendamos de memoria:
"...por cuanto todos pecaron y
están destituídos de la gloria de Dios."
Romanos 3: 23
Un momento de oración:
Este puede ser un momento único y especial en su vida... Usted necesita reconocerse delante de Dios como pecador. Este es el primer paso para una genuina salvación.
Hágalo mediante la oración; el Señor está escuchándole atentamente. Dígaselo con sus propias palabras, sencillamente...
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Encuentro nº 6:
JESUCRISTO, EL SALVADOR
Es importante comenzar este encuentro leyendo en S. Juan 3: 1-16.
Jesús está hablando con un maestro religioso de Israel (un rabí) que le ha venido a visitar a escondidas de la gente. Su nombre era Nicodemo... Pese a sus conocimientos y a su vida religiosa, Nicodemos sentía que su vida estaba vacía. Algo muy importante faltaba en la vida de Nicodemo: la esperanza.
Su buena conducta, el cumplimiento de las rígidas normas religiosas de los judíos y el conocimiento de las Escrituras del Antiguo Testamento no habían suplido la sed que el alma de Nicodemo tenía (podemos recordar lo que decíamos al final del encuentro nº 4 respecto a la necesidad que el hombre tiene de Dios).
Copie el versículo 3 a continuación:
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Jesús incorpora un concepto diferente para las ideas religiosas de entonces: el nuevo nacimiento.
Nicodemo no entiende qué quiere decir Jesús con esta premisa: nacer de nuevo...
Entonces Jesús le habla sobre el nacimiento espiritual... Cuando Jesús, según el vers. 5, habla de "agua" está haciendo referencia al arrepentimiento. Para los judíos el bautismo era una señal de que la persona se arrepentía de sus pecados, de su vida apartada de Dios... Esto seguramente Nicodemo lo entendió; pero cuando Jesús habla de nacer "del Espíritu", la cosa se complicó para el rabí judío.
Será importante que nos detengamos un instante en estos conceptos, porque creemos que el mismo interés que Jesús tenía en Nicodemo lo tiene por usted en este momento.
Decíamos, en el encuentro anterior, que el pecado llegó a la humanidad por la desobediencia del hombre; que todos los hombres hemos pecado y que todos estamos sometidos al castigo que Dios estableció para los pecadores: la muerte.
Esto es algo irreversible: por haber pecado nuestro cuerpo un día dejará de tener vida...
Por eso se hace imperioso un nuevo nacimiento, que es espiritual.
Dios, en su sublime amor por la humanidad, da al hombre una nueva oportunidad.
Si bien el cuerpo del hombre morirá, Dios no quiere que muera su alma. Lo que Jesús está diciendo a Nicodemo es que es necesario "nacer de nuevo" y "del Espíritu", para que su alma no muera.
Pero ¿en qué consiste este nuevo nacimiento?
Jesús lo explicita en los versículos 14, 15 y 16; copie el versículo 16 a continuación:
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Vamos a ser claros con usted: las palabras que usted ha escrito son las palabras más importantes que usted y yo hemos oído y habremos de oír, porque, según lo que hagamos con ellas, podrán servirnos para nuestra salvación o para nuestra condenación.
Por eso es importante que nos detengamos a considerar que está diciendo Jesús a través de ellas:
-En primer lugar Jesús nos habla del notable amor de Dios por toda la humanidad... El dice "de tal manera amó Dios al mundo" porque no existe una palabra que pueda definir la grandeza del Amor de Dios.
En estas palabras encontramos la seguridad de que Dios nos ama a usted y a mí, y a todos los hombres, con un amor sin igual.
-Pero este Amor de Dios no es sólo una declamación... Ese Amor le lleva a darnos lo mejor para que nuestra alma no muera: Dios entrega a su único Hijo, Jesucristo, como ofrenda para pagar los pecados de la humanidad.
-Este pasaje también confirma la intención de Dios para el hombre: que no se pierda en el infierno, sino que tenga Vida Eterna... Es decir que, tras su muerte terrenal, el alma del hombre pueda vivir para siempre delante de la presencia de Dios, en el Cielo.
-Pero el pasaje también es preciso respecto a la condición que Dios exige al hombre para que su propósito se haga real en su vida: la promesa es para aquel que cree en el Hijo Unigénito de Dios... Aunque Dios lo quiera, si el hombre no cree en Jesús, el propósito Salvador de Dios no podrá cumplirse en él.
Tal vez sea importante repasar qué es lo que Dios espera que usted crea respecto a Jesucristo:
-En primer lugar usted debe creer en Dios como Creador y como su Padre Celestial.
-En segundo lugar usted debe creer que El le creó como una persona espiritual, dándole la capacidad de obedecer sus mandamientos o no.
-También debe reconocer que usted no obedeció a Dios y que, por lo tanto, se convirtió en un pecador... Y como pecador usted sabe que está condenado a la muerte y al infierno, eternamente separado de Dios; por lo tanto es imprescindible que usted se arrepienta de sus pecados delante del Señor.
-Finalmente usted debe creer que Jesús, siendo Dios, se hizo hombre, vivió sin haber cometido pecado, y sin embargo murió en la cruz pagando de esa manera el precio de nuestros pecados... Usted debe creer que Jesús es su Salvador, el único que puede librarlo del infierno. También debe creer que El resucitó al tercer día, que ascendió a los cielos y que habrá de venir una mañana gloriosa para llevar con El a todos los que hayan creído.
Si usted cree, Jesucristo enviará su Espíritu para que entre en su vida y usted habrá nacido de nuevo... Este es el nuevo nacimiento que Jesús enseñaba a Nicodemo y que le ofrece a usted.
Tal vez haya algo que no comprendió de lo expuesto anteriormente... La persona que está a su lado está dispuesta a detenerse el tiempo que sea necesario para que usted pueda entender perfectamente el propósito de Dios para su vida...
Este es un momento muy especial... Si usted ya ha creído en Jesús, le invitamos a confirmar esa decisión. Si aún no ha decidido creer en Jesús, le invitamos a que lo haga ahora mismo.
Un momento de oración:
En este instante el Señor está esperando que usted le diga que ha creído en El como su Salvador... Hágalo a través de una oración.
La persona que está a su lado podrá ayudarle a hacerlo. Esta es la oracIón más importante de su vida.
Si usted ha creído le invitamos a escribir a continuación lo que siente en su corazón:
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Sería realmente interesante que volviéramos al primer encuentro y usted leyera lo que había escrito entonces; puede compararlo. Tal vez haya algunas diferencias que nos ayuden a entender que estos encuentros no han sido en vano.
Si usted ha creído en Jesús como su Salvador personal, entonces podremos seguir con estos encuentros, porque Dios tiene un propósito para esta nueva vida que usted ha comenzado a caminar junto a Jesucristo.
Aprendamos de memoria:
"Porque de tal manera amó Dios al mundo,
que ha dado a su Hijo unigénito, para que
todo aquel que en El cree, no se pierda,
mas tenga vida eterna."
S. Juan 3: 16
Un momento de oración:
Es importante que terminemos este encuentro dando gracias a Dios por su regalo de amor en Jesucristo, nuestro Salvador.
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Encuentro nº 7:
JESUCRISTO, EL SEÑOR
Si estamos juntos en este momento, es porque usted ha decidido aceptar a Jesús como su Salvador personal... Tal vez ya lo había hecho antes de estos encuentros y ha podido confirmarlo y reafirmarlo ahora... Tal vez su decisión es reciente. No importa cuándo; lo importante es que usted se ha reconocido pecador y ha aceptado lo que Jesús hizo por usted en la Cruz.
¡Ahora usted es un hijo de Dios!
Seguramente tendrá la expectativa de saber qué puede hacer el Señor por usted...
Pero lo más importante es lo que El ya hizo por usted.
Vamos a considerar cuál es la perspectiva correcta que debemos tener a partir del maravilloso hecho de aceptar a Jesús como nuestro Salvador.
Saulo de Tarso fue un hombre terrible para los cristianos del primer siglo. El era un celoso judío que había decidido hacer desaparecer a los cristianos y tenía autoridad para perseguirlos, encarcelarlos y, si era necesario, aún quitarles la vida.
Con esta sed amenzante salió de Jerusalén para encarcelar a los cristianos que habían huído a Damasco; pero en el camino se encontró con Jesús. Veamos que nos dice la Biblia en Hechos 9: 1-9.
Leamos este pasaje, copiando a continuación lo que nos dice el versículo 6 (primera parte):
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A Saulo le sucedió algo muy parecido a lo que nos ha sucedido a muchos; tal vez también a usted.
El creía que siendo un fanático religioso las cosas estarían bien con Dios. El no podía entender el mensaje de Jesús porque no había tenido un encuentro personal con Jesús... Cuando lo tuvo, camino a Damasco, Saulo comprendió que estaba equivocado, que era un hombre pecador, e inmediatamente reconoció el poder y la autoridad de Jesús.
Su primera reacción, humillado y enceguecido, fue preguntarle al Señor: "¿Qué quieres que yo haga?".
El no preguntó al Señor: "¿Qué puedes hacer por mí?"; no pretendió contarle sus aflicciones y angustias pese a su estado deplorable ni exigió al Señor que lo sacara de aquella situación.
Su primera reacción fue ponerse a disposición de Jesús, reconociéndole, desde ese instante y para siempre, como el Señor de su vida.
Y es esta la reacción que el Señor espera de todos aquellos que confiesan haber creído en El. Esta es la reacción que Jesús espera de usted ahora.
En el encuentro anterior le hemos instado a aceptar a Jesús como su Salvador personal, y estamos muy gozosos porque usted lo ha hecho.
Pero es necesario que ese Jesús que murió en la Cruz por usted, sea a partir de este momento el Señor de su vida.
¿Qué significa que Jesús sea el Señor de su vida?
Hace algunos años presencié el salvataje de una niña que se ahogaba en las aguas de un río, por parte de un amigo mayor que yo. Cuando llegó la noche, la niña vino con sus padres hasta donde nosotros estábamos acampando y llena de gratitud dijo a mi amigo: "Señor, usted me salvó...¡le debo la vida!".
Y esto es exactamente lo que nos ha pasado con Jesús:
Nuestras vidas estaban condenadas a la muerte y al infierno...Jesús nos ha salvado: ¡le debemos la vida!
Que Jesús sea el Señor de su vida significa:
-En primer lugar que usted quiere vivir una vida nueva junto a El; para eso es necesario dejar los caminos pasados que le llevaron a vivir lejos de Dios, y empezar un nuevo camino tomado de la mano de Jesús.
-En segundo lugar significa que usted ya no quiere hacer en su vida su propia voluntad, porque fue ese deseo lo que le alejó de Dios...Usted ahora quiere hacer la voluntad de Dios. Esto fue lo que hizo Saulo al instante de creer... Por eso le preguntó al Señor: "¿Qué quieres que yo haga?", y lo hizo desde ese momento.
(Usted debe saber que ese Saulo tan perverso se convirtió en el gran Apóstol Pablo; el instrumento escogido por Dios para que el mensaje de Jesús llegara hasta los pueblos no judíos. Para muchos Pablo fue el cristiano más notable después de Jesús...)
-Finalmente usted debe conocer la voluntad de Dios para su vida. Para poder obedecer al Señor usted debe saber que es lo que El espera de usted. Para eso es fundamental que usted conozca cada día mejor al Señor.
La importancia de conocer al Señor:
Veamos que nos dice el gran Apóstol Pablo escribiendo a los Filipenses 3: 8-10, copiando el versículo 10 a continuación:
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En este pasaje Pablo define el conocer a Jesús como lo más valioso para su vida, porque conocerlo le ayudará a ser "semejante a El"... Y Pablo estaba dispuesto a ser igual que Cristo, aunque eso le costara la vida (ese es el significado del final del vers. 10).
Como decíamos previamente, conocer a Jesús y conocer al Padre, nos ayudará a saber cuál es la voluntad de Dios para nosotros, de manera tal que podamos obedecerle y así El sea el Señor de nuestras vidas.
Usted a partir de este momento tendrá la oportunidad de conocer cada día más del Señor... La Biblia le ayudará a hacerlo, por eso es importante que usted tome el habito de leerla siempre. La Iglesia está dispuesta a ayudarle en este conocimiento de Dios...
Pero hay algo muy importante que podemos decirle ahora:
Si usted acepta a Jesús como su Señor, eso significa que usted quiere ser igual a El; veamos qué nos dice 1ra. de Juan 2: 6, copiando este versículo:
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Eso espera Jesús de usted: que usted desee ser como El.
Para eso es necesario que a partir de ahora se pregunte siempre: "¿Qué haría Jesús en mi lugar?", y hacer siempre lo que El haría.
No es difícil... La lectura de la Biblia le ayudará, los hermanos de la Iglesia le ayudaremos, usted podrá pedirle a Jesús su guía mediante la oración.
Si Jesús es el Señor de su vida usted vivirá realmente una nueva vida, plena y gozosa en Cristo.
Anímese... Recuerde el ejemplo de aquel Saulo que se convirtió en el gran Apóstol Pablo; Dios podrá hacer lo mismo con usted.
Contestemos brevemente estas preguntas:
¿Cuál fue la reacción de Saulo después de encontrarse con Jesús?
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¿Qué significa que Jesús sea el Señor de mi vida?
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Aprendamos de memoria:
"El que dice que permanece en El,
debe andar como El anduvo."
1ra.Juan 2: 6
Un momento de oración:
Este es un buen momento para decirle a Jesús que usted desea que El sea el Señor de su vida, y pedirle que El le ayude a que esto sea realidad a cada instante.
Hágalo mediante una oración.
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Encuentro nº 8:
EL ESPIRITU SANTO: PODER PARA UNA NUEVA VIDA
La Biblia nos enseña que Dios es Uno, pero que El se ha dado a conocer al hombre en tres Personas: Dios el Padre, Dios el Hijo Jesucristo y Dios el Espíritu Santo.
Ellos tres conforman un solo Dios, pero se relacionan con el hombre como Personas diferentes... No es posible entender este misterio de Dios. Lo aceptamos por fe.
Ya hemos visto que Dios el Padre es nuestro Creador, que Dios el Hijo es nuestro Salvador y Señor... Es importante que ahora nos detengamos a considerar al Espíritu Santo, porque El tiene mucho que ver con la nueva vida que hemos iniciado al creer en Jesús.
Es importante leer lo que nos dice Jesús según S. Juan 16: 7-14, copiando el versículo 13:
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El Espíritu Santo es quien completa en el creyente la obra de Dios... Veamos: el Padre es nuestro Creador y a pesar de nuestros pecados no se olvidó de nosotros y por eso mandó a Jesús, Dios Hijo, para que fuese nuestro Salvador y Señor. Pero cuando Jesús ascendió a los cielos no nos dejó solos: El envió al Espíritu Santo de Dios para que El nos ayudara a entender el propósito de Dios para nuestras vidas y para que nos fortaleciera de manera tal que pudiésemos vivir la nueva vida en Cristo.
El Espíritu Santo es quien nos guiará a la Verdad de nuestro Dios:
-En primer lugar es el Espíritu Santo quien nos convence que somos pecadores... Ni el más extraordinario de los maestros religiosos nos llevará a esta verdad. Solamente el Espíritu Santo tocará nuestros corazones para que podamos comprender que somos pecadores delante de Dios.
-En segundo lugar es el Espíritu Santo quien nos ayudará a comprender que Jesús es nuestro Salvador y quiere ser el Señor de nuestras vidas... Solamente el Espíritu Santo nos llevará a esta maravillosa Verdad.
-Finalmente es el Espíritu Santo quien nos ayudará a vivir nuestras vidas de acuerdo con la Voluntad de Dios. Nadie puede seguir a Cristo si el Espíritu Santo no le guía y le sostiene.
La Obra del Espíritu Santo:
Hay algunos puntos acerca de la Obra del Espíritu Santo que es importante que consideremos:
-El Espíritu Santo viene al creyente cuando la persona acepta a Jesús; el apóstol Juan
escribe a los creyentes lo siguiente: (lea 1ra. de Juan 2: 20, copiando a continuación este versículo)
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El Espíritu Santo viene a vivir dentro del creyente en Cristo. El, como ya hemos dicho, nos ha ayudado a comprender la magnitud de nuestros pecados y la obra de Jesús a nuestro favor. Cuando nosotros creemos, el Espíritu Santo entra en nuestras vidas. Recordemos lo que leíamos en el encuentro nº 6 en S. Juan 3: 1-16 acerca del nuevo nacimiento en el Espíritu según lo que enseñaba Jesús a Nicodemo.
-El Espíritu Santo ayuda al creyente a seguir a Jesús y permanecer junto a El. Lea 1ra.
de Juan 2: 27, copiando la segunda parte de este versículo:
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Hemos hablado una y otra vez de la nueva vida que tenemos en Cristo... Hemos dicho que es una vida plena y victoriosa en donde las cosas vIejas pasaron y todas son hechas nuevas. Pero esta vida no depende de nuestros esfuerzos y capacidades. Aunque nuestra fe sea notable y nuestros esfuerzos los más grandes, no podríamos por nosotros mismos vivir de acuerdo a la Voluntad de Dios.
Es el Espíritu Santo quien nos ayuda a vivir la vida cristiana...
Esta vida no es una vida fácil (lea S. Juan 16: 33). Jesús nunca dijo que no habría dificultades; pero El nos dijo que confiáramos en El y que enviaría al Espíritu Santo para que sea nuestro Consolador (S. Juan 16: 7), porque El nos haría vencer al mundo.
-El Espíritu Santo nos da la seguridad de que, habiendo vencido al mundo con Jesús,
habremos de tener Vida Eterna en el Cielo y que nadie nos podrá apartar de Cristo.
Lea Efesios 4: 30, copiando este versículo a continuación:
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Pablo dice aquí que no entristezcamos al Espíritu Santo con nuestros actos de desobediencia a Dios reafirmando que El vive en los creyentes. Pero también dice que El nos ha sellado para el día de nuestra redención final, cuando Cristo venga otra vez y estemos para siempre con El gozando la Vida Eterna.
El Espíritu Santo nos da la seguridad de nuestra Salvación... Un verdadero cristiano jamás dudará que su salvación es un hecho consumado.
El Espíritu Santo es, en definitiva, Dios mismo actuando en nosotros, dándonos el poder necesario para vivir esta nueva vida que tenemos en Jesucristo.
Contestemos brevemente estas preguntas:
¿Cómo se ha manifestado Dios a los hombres?
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¿Cómo obra el Espíritu Santo?
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¿Cuándo viene a vivir en nosotros el Espíritu Santo?
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¿De qué nos da seguridad el Espíritu Santo?
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Aprendamos de memoria:
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad,
El os guiará a toda la verdad..."
S. Juan 16: 13a
Un momento de oración:
Dar gracias a Dios por su Espíritu que vive en nosotros desde que creímos en Jesús es algo que los creyentes siempre debemos hacer...Hágalo ahora, mediante una oración, pidiéndole también al Señor que su Espíritu se manifieste cada vez más en su vida.
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Encuentro nº 9:
LA IGLESIA: EL CUERPO DE CRISTO
Por Iglesia debemos entender a la congregación de personas que se reúne y forma una comunidad que tiene por objetivo alabar a Dios y cumplir los mandatos de Jesús.
No debemos confundir el concepto con el edificio, el Templo... A veces decimos: "Vamos a la Iglesia", pensando que habremos de concurrir al Templo. En realidad, lo correcto es pensar que, generalmente la Iglesia se reúne en el Templo...
Hay dos significados para esta palabra:
-Está la Iglesia de Cristo, con un alcance universal. Al decir Iglesia entonces nos referimos a todas las personas que en todo el mundo creen en Jesús, le alaban y quieren obedecer sus principios.
-También está la Iglesia, en un sentido local... Es cuando usamos el término refiriéndonos al grupo de personas que en determinado lugar se reúnen en el Nombre de Jesús.
Ambos conceptos son complementarios; por eso podemos decir que la Iglesia local (en este caso nuestra Iglesia) forma parte de la Iglesia universal (la que formamos todos los cristianos en el mundo).
En el título de este encuentro hemos enunciado a la Iglesia como el Cuerpo de Cristo...¿qué queremos decir con esta afirmación?
Veamos que nos dice la Biblia en Romanos 12: 4-5, copiando a continuación este último versículo:
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En primer lugar, debemos decir que la definición de la Iglesia como Cuerpo de Cristo no es nuestra ocurrencia... Es un concepto bíblico que se repite en otros pasajes además del que hemos leído.
La idea que el apóstol Pablo desarrolla es muy clara: él dice que cada creyente es "miembro" de un cuerpo y que este cuerpo es la Iglesia.
De esta idea podemos extraer algunas reflexiones muy importantes:
-En primer lugar, si los creyentes somos miembros de un Cuerpo, que es la Iglesia, es
necesario tener en claro quién es la Cabeza de este Cuerpo. La Biblia no dice que haya una cabeza humana: no nos dice que haya una autoridad humana viviendo en algún lugar que sea la Cabeza de la Iglesia; tampoco nos dice que el Pastor sea la Cabeza de la Iglesia local... Veamos qué nos dice la Biblia en Efesios 4: 15-16 y Efesios 5: 23, copiando este último versículo:
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No hay ninguna duda que Jesús es la Cabeza de la Iglesia, y así como ella manda en el cuerpo de un ser humano, así también debemos creer que Jesús es quien manda sobre la Iglesia. Todos los demás somos miembros de ese Cuerpo que responde a las órdenes del Señor.
-En segundo lugar, siguiendo la idea que desarrollan los versículos que hemos conside-
rado, es fundamental entender que de la misma manera en que los miembros del cuerpo humano no puden sobrevivir separados del cuerpo y de la cabeza, de la misma manera cada creyente en Cristo no puede subsistir como tal si no esta unido a La Iglesia, y a través de ella a Cristo, que es la Cabeza.
Veamos que nos dice Jesús según S. Juan 15: 5, copiando a continuación este versículo:
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Jesús se compara con la vid, y nos define a los creyentes como los sarmientos ("pámpanos"), diciendo con absoluta claridad que separados de El nada podemos hacer.
La conclusión para usted es muy clara: Usted no puede vivir la vida que Cristo quiere que usted viva si no está unido a su Iglesia; porque solamente unido a la Iglesia, usted estará unido a Jesús, que es la Cabeza de la Iglesia.
Es en la Iglesia en donde el cristiano se desarrolla como tal, creciendo en el conocimiento de Dios, madurando como cristiano, fortaleciendo su fe y cumpliendo el propósito de Dios para su vida.
¿Cómo formo parte de la Iglesia?
La Iglesia fue constituída por el Espíritu Santo de acuerdo con la promesa que Jesús había hecho a sus discípulos. Podemos leer este relato en Hechos 2: 1-12.
No debemos dejar pasar el hecho notable de que el Espíritu Santo vino sobre toda la congregación y sobre cada uno de los creyentes reunidos allí.
Ellos inmediatamente salieron a predicar para que otros creyeran... Muchos oyeron la Palabra del Señor, creyeron, fueron bautizados, y de esta manera comenzaron a formar parte de la Iglesia.
Veamos que nos dice Hechos 2: 41 y 47 (segunda parte), copiando a continuación estos versículos:
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Así como aquellos primeros cristianos fueron añadidos a la Iglesia mediante el bautismo, de la misma manera, si usted ha creído en Jesús, es necesario que lo confiese mediante el bautismo, siguiendo el ejemplo de Jesús (Lea S. Mateo 3: 13-17).
Bautizar significa sumergir en agua... Jesús fue sumergido completamente por Juan el bautista en el río Jordán. El bautismo simboliza dejar la vida vieja con sus pecados y "nacer" a la nueva vida en Cristo habiendo sido perdonados aquellos pecados.
El primer paso en la vida cristiana es el bautismo.
Usted no puede demorar este primer paso si ha creído y quiere seguir a Jesús.
La única condición para el bautismo es creer...Cualquiera otra condición que usted haya escuchado no es bíblica. Pero el creer debe ser de todo corazón (Lea el hermoso relato de Hechos 8: 26-39). La misma condición que Felipe impuso al etíope es la que Dios le impone a usted: Creer de todo corazón en Jesús.
La Iglesia también tiene una segunda ordenanza que los creyentes llamamos la Cena
del Señor.
En ella recordamos el último encuentro de Jesús con sus apóstoles antes de morir en la Cruz. Jesús mandó que los creyentes celebremos esta recordación comiendo el pan que simboliza su cuerpo lastimado en la Cruz y bebiendo el vino que simboliza su sangre derramada en aquella Cruz para limpiarnos del pecado.
También es una afirmación de la esperanza que Jesús habrá de venir otra vez para llevarnos para siempre con El al cielo para vivir la Vida Eterna (Lea 1ra.Corintios 11: 23-26).
La misión de la Iglesia:
La Iglesia fue constituída por Jesús a través del Espíritu Santo para llevar el mensaje del Evangelio a todo el mundo. Esta es la razón de ser de la Iglesia, y cada creyente debe sentirse parte de este compromiso.
Recuerde que leímos en Hechos 2: 1-12 que el Espíritu vino sobre cada uno de los creyentes y cada uno de ellos inmediatamente salió a predicar a Jesús.
Si usted ha creído en Jesús, el Señor espera que usted confiese su fe en El mediante el bautismo, se haga así parte de su Iglesia y comience usted también a predicar a otros lo que Jesús ha hecho en su vida.
No será difícil; el Señor estará con usted. Lea S. Mateo 28: 18-20, copiando la última parte del versículo 20:
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Aprendamos de memoria:
"Y el Señor añadía a la Iglesia los que
habían de ser salvos."
Hechos 2: 47b
Un momento de oración:
Este es un buen momento para que usted piense que el Señor espera que usted comience a seguirle... Para eso es importante dar el primer paso.
Pídale a El que le ayude a tomar esta decisión... La persona que está a su lado le informará cómo debe hacer para bautizarse y le podrá acompañar para conversar con el pastor de la Iglesia sobre este tema.
Diga lo que siente en su corazón al Señor mediante una oración.
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Encuentro nº 10:
VIVIENDO LA VIDA CRISTIANA
Seguramente usted se preguntará, después de todos estos encuentros, ¿cómo puedo vivir la nueva vida que Jesús me ha dado?
Ya le hemos dado algunas pautas: la importancia de conocerlo cada vez mejor para poder así hacer su voluntad, la importancia de preguntarse ¿qué haría Jesús en mi lugar? y hacer lo que El haría, la importancia de obedecerle mediante el bautismo pasando de esa forma a ser parte de su Iglesia...
En este último encuentro queremos dejarle cinco consejos que le ayudarán a seguir a Jesús cada día y a sentirse dichoso de ser cristiano:
1- No descuide la oración
Lea 1ra.Tesalonicenses 5: 16-18, copiando a continuación el versículo 17:
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Orar es hablar con Dios...En su inmenso amor Dios nos tiene como sus hijos dilectos; El jamás dejará de escucharnos. Un cristiano sabio sabe que Dios siempre le escucha.
Aunque El conoce nuestro corazón, espera que nosotros le contemos nuestro sentir porque al hacerlo asumimos una actitud de humildad y sumisión delante del Señor.
El es nuestro Padre... Y de la misma manera en que un padre se goza al oír palabras tiernas de sus hijos, aunque tenga la certeza del amor que ellos le profesan, así también Dios se goza cuando sus hijos se acercan a El mediante la oración.
La oración no es un rezo que repetimos de memoria una y otra vez sin tomar sentido a lo que decimos. Dios quiere que le hablemos con palabras sencillas que broten desde nuestro corazón... Hay cosas que sólo compartimos con el Señor; y hacerlo nos hace mucho bien porque tenemos en El al mejor amigo.
Por eso la oración es un privilegio: Dios, el majestuoso Creador del Cielo y la Tierra está oyendo nuestra voz... No podemos esperar más de El.
Todo momento es bueno para orar al Señor, pero es importante que usted se acostumbre a reservar unos minutos de cada día para llegar al Señor en oración...
Hágalo cada día. El siempre nos escucha y es realmente maravilloso comprobar cómo nuestro Dios contesta nuestras oraciones.
2-Lea siempre la Biblia
Veamos que nos dice el Salmo 119: 105, copiando a continuación este versículo:
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El autor de este Salmo está definiendo a la Palabra de Dios escrita como una luz que guía su camino... Los creyentes en Cristo sabemos que esto es verdad para el cristiano fiel. La Biblia es la Revelación de Dios para los hombres... Ella no solamente nos cuenta la historia del plan de Dios para nuestra salvación, sino que, además, tiene palabras de consuelo, de promesa, de esperanza, de alegría, que nos alientan, nos estimulan a seguir fieles al Señor, nos consuelan en la aflicción...
Todo lo que necesitamos está contenido en la Biblia.
Por eso muchos creyentes toman un tiempo cada día para su lectura. Ellos se alimentan espiritualmente de esta manera. Muchos dedicamos un tiempo cada día para orar (como decíamos en el consejo anterior) y para leer la Palabra de Dios. Llamamos a este tiempo "nuestro tiempo devocional con el Señor". Acostúmbrese a hacerlo y, sin dudas, vivirá los mejores momentos de cada día junto a El.
También es importante que usted aprenda cada vez más acerca de las cosas que la Biblia nos dice... Por eso la Iglesia tiene su Escuela Bíblica Dominical. No deje de aprovecharla y se enriquecerá grandemente.
3-Alabe al Señor
Los cristianos evangélicos hemos sido reconocidos como "un pueblo que canta".
Cantar es una de las más hermosas formas de expresar nuestros sentimientos. Por eso los cristianos cantamos al Señor, expresándole nuestra gratitud, nuestro amor, nuestra humildad delante de su grandeza, nuestra necesidad de su protección...
Veamos que nos dice el Salmo 117: 1-2, copiando estos versículos a continuación:
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Cantar es una forma de alabar a Dios; no es la única. Usted puede alabarle en sus oraciones, puede alabarle con palabras simples...Pero el canto tiene también otra preciosa virtud: une a los creyentes en la alabanza al Señor.
Por eso en las reuniones de la Iglesia cantamos. Y es maravilloso hacerlo porque de esa forma nos unimos para expresar lo que sentimos por nuestro Padre; y es estimulante hacerlo junto a la familia del Señor.
4-Asista a la Iglesia
Lea el Salmo 122: 1, copiando a continuación este versículo:
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David era rey de Israel y se sentía muy gozoso al asistir al Templo para alabar a Dios junto a su pueblo. Por eso escribe sus sentimientos en este Salmo.
Ya hemos considerado, en el encuentro anterior la importancia de sentirse parte de la Iglesia de Cristo y que un creyente sin la Iglesia no puede subsistir...
La Iglesia se reúne, generalmente en el Templo, a veces en las casas de los creyentes, alguna vez en otros lugares, y lo hace para alabar a Dios, para aprender más de su Palabra, para orar juntos y para poder compartir con los demás creyentes nuestros sentimientos y nuestras experiencias.
Los creyentes nos llamamos "hermanos" porque somos todos hijos del mismo Padre. Y es maravilloso poder compartir hermosos momentos con la familia que tenemos en Jesús.
No deje de asistir a la Iglesia... Muchos descuidaron esta sana costumbre y poco a poco se fueron alejando de la Iglesia y del Señor... Perdieron así la alegría de sentir a Jesús cerca de sus vidas. No quisiéramos que con usted ocurra lo mismo.
5-Mantenga viva la esperanza
Veamos que nos dice Pablo en 1ra.Tesalonicenses 4: 16-18, copiando a continuación el versículo 18:
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Los creyentes vivimos esperando el momento en que el Señor venga otra vez tal como El lo dijo (lea S. Juan 14: 1-3).
Por eso reconocemos que esta vida terrenal es solamente un paso hacia la verdadera vida: la Vida Eterna junto al Señor.
Pablo instaba a los tesalonicenses a alentarse unos a otros con esta esperanza; de la misma manera, cada uno de nosotros debe vivir manteniendo viva la esperanza de estar un día con el Señor para siempre.
Lea, por favor, Apocalipsis 21: 1-7, copiando el versículo 7 a continuación:
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Vencer es permanecer firmes en la fe y la esperanza en el Señor.
Deseamos de todo corazón que usted permanezca siempre fiel al Señor, esperando todas sus promesas.
Usted a comenzado a seguir a Cristo; nos gozamos por ello, y deseamos seguir a su disposición para ayudarle siempre a crecer en el Señor.
Aprendamos de memoria:
"...Vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo,
para que donde yo estoy, vosotros también
estéis."
S. Juan 14: 3
Un momento de oración:
Será muy importante reconocer que estos encuentros han sido de bendición, para usted y para nosotros... Por eso este es un buen momento para dar gracias a Dios por todos los momentos compartidos. Hagámoslo mediante una oración.
Un espacio para usted:
Queremos que usted escriba lo que siente al terminar estos encuentros. Seguramente podrá leerlo cada vez que estos apuntes estén en sus manos, y podrá revivir todo lo que ha podido aprender y sentir durante estos días compartidos:
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¡Que el Señor le bendiga
